Entiendo la Educación como compromiso ético, como solidaridad, como concientización liberadora que ayuda a romper con la ignorancia, el sometimiento y el fatalismo.
Y tengo especial interés por el mundo de los inmigrantes.



20.5.09

Sara



Desde el 2 de mayo está entre nosotros. Ella me la figuro morena y, naturalmente, pequeña. Estoy seguro que ha llegado a este mundo de locos por amor, por un gesto de cariño, e intuyo que por fe en un mundo mejor y más justo.

A mi edad aún me pregunto qué genes influyen en el ser humano para creer, una y otra vez, que todo puede ser diferente, cosa que yo, para la pequeña Sara, deseo con toda mi alma.

Un nuevo ser es un misterio y una caja de sorpresas. Lo cierto es que su vida es un abanico enorme de posibilidades que los padres no somos del todo conscientes ya que en los primeros años estamos sobrados de no sé si candidez o voluntarismo. Si así no fuera a buen seguro que la especie humana se extinguiría sin remedio pues multitud de condicionamientos sociales influyen nada más nacer.

En todo caso Sara ha venido y ha llenado de alegría a una pareja de amigos, lo cual no es poco como punto de partida. Su padre me dice que es feliz. Y me lo creo. Y yo me doy cuenta, al enterarme, que milagrosamente también yo lo soy un poquito.

Porque conozco a su padre aseguro que se lo merece. Porque si todo el mundo fuera como él las cosas serían de otra manera. Y ahora también me doy cuenta que ésa es la gran suerte de Sara.

Porque Sara es marroquí y la hija de un buen amigo, uno de mis primeros alumnos inmigrantes que poco a poco, con muchísimo esfuerzo y sacrificio se ha labrado una vida en Andalucía huyendo de la pobreza.

Porque mi amigo, me ha hecho partícipe de su alegría. Porque deseo de todo corazón que Sara tenga toda la suerte del mundo escribo estas líneas. Con el corazón. Enhorabuena Hamid.

Bienvenida, Sara.