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Hoy tengo un mal día. Un viento helado recorre por estas fechas todo el pais y hasta mí ha llegado. Nunca creí que me alcanzara pues siempre creí estar bien parapetado. Y protegido. Pero ya digo: el frío me ha alcanzado. Y muy posiblemente no sólo a mí, sino a muchos como yo que, sin ser mayoría, somos aún unos cuantos miles de anónimos y perplejos ciudadanos.
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Además, no creo que sea un leve enfriamiento. Presiento que mi, hasta ahora, presunta buena salud y fé en que todo se arregla si se quiere y la gente se entera va a guardar cama durante un buen tiempo. Algo de mi -llamémosle así- "sistema inmunológico" ha fallado. Las barreras se han roto y difícil será recomponerlas. Y la cosa puede extenderse, puede empeorar aún. E incluso derivar en una pandemia de incalculables consecuencias...
Me explico:
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Todo ha contribuido en estos días a una crisis que afecta a la salud democrática de muchos hombres y mujeres, servidor incluido.
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Un tema ha sido ir descubriendo poco a poco, durante estos meses, que la verdadera causa de esta crisis económica, es diferente de otras ya pasadas. Sí. Descubrir sus causas y, sobretodo, ver la sumisión del poder político, emanado por la ciudadanía, al poder financiero. Descaradamente.
El capitalismo, siempre sin alma y voraz, es ahora especulador y virtual. Arrastra a los gobiernos a una sola vía de posible actuación (o eso quieren hacernos creer) que además retroalimenta el sistema de una forma perversa: los causantes de la crisis gritan y amenazan con agravar la situación y nuestros gobernantes de cualquier color -cual malos médicos ante un paciente que se desangra una y otra vez sin localizar las heridas- corren a salvarlos inyectando de nuevo sangre nueva que se perderá sin remedio esperando una reanimación que no llega.
Mientras, la gran mayoría, poco menos que rezando que a ellos no le alcance, que esto pase pronto o venga alguien y les salve. Pretendiendo ignorar que es el propio sistema el que falla. Ilusos.
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Otro asunto que ha afectado mi/nuestra salud democrática ha sido el Sahara. Un tema que se esta pudriendo desde hace 35 años a la vista de todos. Pero la no defensa de los DD.HH. en aquella tierra, ante la violencia ejercida sobre los saharauis (ojo! :los que se quedaron) en los territorios ocupados por Marruecos (léase una dictadura) y sobre el cual nuestro gobierno (autodenominado "socialista") y nuestros parlamentarios han mirado escandalosamente para otro lado, ha sido un duro golpe.
Lo malo es que el tema puede empeorar más aún pues basta con leer los titulares y, especialmente, las cartas de opinión de los lectores de cualquier medio de comunicación por estos días: parecen que solo escriben los descerebrados, los racistas o los violentos añorantes de no se qué imperios. Asusta. Se está perdiendo la cordura, si es que alguna vez la hubo.
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Y por último, la puntilla de mi crisis, han sido las filtraciones publicadas en WikiLeaks que ahora desde las altas instancias tratan de oscurecer o acallar... Y lo lograrán. Y si no, al tiempo.
Han salido a la luz cosas que afectan a multitud de países. Pero el cómo desde la embajada madrileña de EE.UU. se lanzaban amenazas y se daban órdenes a ministros españoles en determinados temas cual república bananera me ha dejado helado...
Cierto será que quizás no es nada nuevo y que era y es práctica habitual, pero lo verdaderamente sorprendente es que determinados altos cargos de Justicia o Exteriores las acataban y decían en público una cosa cuando en privado y realmente hacían otra. Los casos -por ejemplo- del periodista Couso y todo los referente a Irak es muy significativo.
Que tu gobierno adopte posiciones que tú no defiendes jode, pues lo han elegido la mayoría de tus vecinos y ciudadanos. Pero que mienta a todos indigna. Y, encima, aquí nadie ha dimitido.
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Ya digo: todo lo anterior ha sido un duro golpe. Muchos ciudadanos hemos descubierto abruptamente los entresijos del Poder y nos hemos asustado; es para meterse en la cama, si decirlo no fuera broma.
Todo esto supone, creo yo, un golpe bajo a la democracia. A la democracia burguesa, dirán algunos. Cierto, pero hoy por hoy no veo alternativas inmediatas. Veo solo algunos (pocos) ciudadanos bregando contra todo este desbarajuste en que se esta convirtiendo la realidad. Posíblemente siempre fue así, pero hoy gran parte de la sociedad está desarticulada, alienada, cuando no incrédula o amordazada sutilmente.
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Hoy triunfa el individualismo más que nunca. Casi nadie se implica. Descubro, descubrimos, con estupor que no hay cauces efectivos para una verdadera acción contundente que acabe con lacras como el hambre, los dictadores o los paraísos fiscales que no se pierda en una maraña burocrática o no acabe en unos fuegos de artificio.
Las NN.UU. no sirven y los DD.HH. sólo se dicen defender cuando interesan, encubriendo que las verdaderas causas ocultas son los intereses económicos. Basta con observar la doble vara de medir que tiene nuestro gobierno elegido y otros de la Unión Europea (o EE.UU.) cuando hablan de Irak, Afganistán, Palestina y el Sahara y cuando callan ante gobiernos autoritarios, o corruptos hasta las cejas como Guinea Ecuatorial, Arabia Saudí, Marruecos o China, por decir solo algunos.
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Claro que, visto lo visto y siguiendo este hilo, tampoco en coordenadas más cercanas podemos presumir mucho. Y gran parte de la ciudadanía, mientras tanto, mira para otro lado. ¿Así somos? ¿O así quieren hacernos? Quizás ya lo han logrado. Y para colmo caigo que encima se está en vísperas de conmemorar una Constitución... Vivir para ver.
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Un frío me invade. Un viento helado recorre mi tierra.
Apaga y vámonos, Paco.
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