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Qué gran acierto y verdad la letra de la canción que oir cantar por primera vez a mi compañero Paco Santiago, allá por junio, en la Fiesta de los 25 años de Educación Permanente en el Auditorio del Jardín Botánico de Córdoba. Hablaba de las mujeres y decía así:
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"COMO CADA TARDE"
(letra y música: Miguel Pino y Paco Expósito, 1996)
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Como cada tarde
prepara sus cosas;
pase y el aire
huele a colegial.
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Después de una vida
lavando la ropa
y viviendo sólo
para los demás,
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descubrió la Ortografía,
de veinte se lleva dos,
los golfos de Geografía...
(los otros golfos sabe quiénes son).
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Conoce a mujeres
distintas a ella,
que aprenden y buscan
algo de amistad.
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Se ven por la calle,
hablan de su escuela
y del poco tiempo
que hay para estudiar.
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Mezcla el aceite de oliva
con aprender a restar
y fríe bacalaíllas
en la batalla de Trafalgar,
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¡Ay, cuánta hermosura
el saber esconde,
que hoy convierte en versos
el llanto de ayer!
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Como cada tarde,
prepara sus cosas,
pasea y el aire
le hace florecer.
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Es increíble lo que para una generación de mujeres significó el poder asistir a una clase y poder aprender cosas que ignoraban así como oir opiniones y puntos de vista que jamás habían oido porque su entorno las marcaba y limitaba. No solo cosas elementales de cálculo, geografía, política o historia, sino de sexualidad o de religión incluso.
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Muchos maestros hemos sido conscientes de ello en todo momento, pero cuando oigo la síntesis de la entrevista realizada por Maria Eugenia Vilchez, de Radio Córdoba (Cadena SER) a varios de nosotros con motivo de los 25 años de la Educación Permanente, es cuando me refresco esa memoria educativa que, curiosamente, algunos van perdiendo por el camino.
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Si deseas oirla (10 minutos) sólo tienes que picar en: